Presentación

2020 ha sido uno de los ejercicios más difíciles que recordamos. Las incertidumbres previas se han visto agravadas por una crisis sanitaria de dimensiones completamente desconocidas hasta el momento, que ha supuesto un grave coste en vidas humanas y ha golpeado con intensidad a la economía mundial.

El desplome sin precedentes del PIB, el incremento del paro, el elevado nivel de volatilidad en los mercados financieros, la significativa caída de la curva de tipos de interés, el impacto de las medidas de los gobiernos y los bancos centrales, han sido todos ellos factores que han supuesto una auténtica prueba de resistencia para el sector financiero.

A la espera de que el ritmo de vacunación insufle cierto grado de optimismo a la economía, las previsiones adelantan un crecimiento positivo -aunque lento- para este 2021, con un coste en pérdida en puestos de trabajo que será complicado de recuperar.

A lo largo de la pandemia, el papel de Kutxabank ha consistido en responder a su consideración como servicio esencial para la sociedad, por lo que nos hemos esforzado en continuar prestando servicios financieros, adaptando rápidamente nuestros procesos y capacidad de servicio. Cabe recordar, en ese sentido, que el Banco ha canalizado más de 4.175 millones de euros en estímulos económicos orientados a la recuperación de familias y empresas.

Aunque el negocio bancario ha continuado condicionado por los tipos de interés negativos, una circunstancia extremadamente difícil para el sector financiero, Kutxabank ha mantenido una intensa actividad en el negocio con clientes, con una evolución comparativa que ha permitido al Banco ganar cuota de mercado en los productos clave.

La solidez del modelo de negocio bancario de Kutxabank se ha reflejado en la estabilidad de sus ingresos bancarios recurrentes que, con 1.076,9 millones de euros, se sitúan en línea con los resultados alcanzados en 2019. Destaca que cerca del 50% de estos resultados proviene de ingresos diversificados no dependientes de los tipos de interés.

A la espera de que el incremento de la ‘dudosidad’ motive un significativo incremento del nivel del coste de riesgo, la Entidad ha optado por mantener un criterio de máxima prudencia a la hora de dotar las coberturas, a las que ha destinado un total de 457 millones de euros, 325 millones de euros más que en el mismo periodo de 2019. De esta suma, 111 millones han sido deducidos del capital, en cumplimiento de la nueva recomendación supervisora.

A causa de esta política de provisiones, el beneficio neto se ha situado en 180,3 millones de euros, un 48,8% menos que en el año anterior. Es un resultado prudente y consistente, que refleja el buen desempeño del Banco y la mejora de su posición relativa en el mercado. Refuerza, además, la robusta situación de Kutxabank.

El Grupo se encuentra a la cabeza del sector en rentabilidad, cuenta con uno de los índices de morosidad más bajos del sector, un bajo perfil de riesgo y una fuerte posición de solvencia y liquidez, indicadores que han continuado creciendo y han recibido nuevos reconocimientos de las autoridades y el mercado. El Ejercicio de Transparencia de la Autoridad Bancaria Europea ha situado al Banco por sexto año consecutivo a la cabeza del sector financiero español en términos de solvencia. Además, es la entidad con menor requerimiento de capital y menor requerimiento MREL del mercado español.

El aspecto negativo del ejercicio lo ha constituido la limitación a la hora de repartir el dividendo que nos hubiera gustado distribuir entre nuestros accionistas. Veremos si a partir de septiembre de 2021, el BCE elimina las restricciones y las tres Fundaciones Bancarias pueden acceder al resultado, al que tienen pleno derecho por la relevante estabilidad que aportan al Grupo.

La estructura de capital de Kutxabank está configurada por tres Fundaciones Bancarias, accionistas de largo plazo que persiguen prioritariamente la sostenibilidad del banco lo que aporta una gran estabilidad. Hasta el ejercicio 2019 kutxabank ha venido manteniendo un payout del 50%, de los más altos de la banca española. Las restricciones aplicadas por el BCE como consecuencia de la pandemia al reparto de dividendos de Kutxabank ha afectado a la labor social a la que estas instituciones dedican la mayor parte del dividendo que reciben. Esperamos que a medida que la situación se vaya corrigiendo, a partir de septiembre de 2021 se eliminen las restricciones y nuestros tres accionistas puedan acceder a un dividendo que pueda recuperar los niveles habituales.

Kutxabank está inmerso en un continuo reto de mejora, que pasa por buscar nuevos nichos de negocio que aporten mayor rentabilidad, y avanzar en eficiencia reduciendo los costes de transformación. La digitalización, cuya implantación ha experimentado un crecimiento muy rápido y generalizado en 2020, es una oportunidad para continuar mejorando el proceso de personalización, la calidad del servicio y la experiencia de nuestros clientes.

Otro de los desafíos a los que tendremos que responder es la consecución de un modelo medioambientalmente sostenible, con el que Kutxabank está firmemente comprometido. Queremos jugar un papel fundamental a la hora de canalizar financiación hacia actividades que contribuyan a acelerar el proceso de descarbonización.

En definitiva, y pese a las dificultades, nos encontramos en un periodo de transición económica con un relevante potencial de tracción, que debemos ser capaces de aprovechar. Sin duda, Kutxabank siempre estará dispuesto a dar un paso al frente para colaborar en dicha transformación.

 Gregorio Villalabeitia
Presidente de Kutxabank