K símbolo de la marca Kutxabank

Presentación

El análisis de la economía mundial en 2015 desvela que ha sido de nuevo un año muy desigual para el crecimiento global, con el petróleo, China y la Bolsa como principales protagonistas. Estos factores han provocado un incremento de la incertidumbre, en especial en la parte final del ejercicio.

Aunque los bancos centrales han continuado inyectando liquidez, el desplome de los precios del petróleo y de las materias primas ha afectado a las economías de medio mundo, entre ellas los grandes mercados emergentes como Brasil y Rusia. La velocidad de crucero del crecimiento chino se ha ralentizado, con la consiguiente caída de la demanda y un ‘efecto dominó’ en el comercio mundial.

La incertidumbre geopolítica a la que ha contribuido el hecho de que Grecia pareciera condenada al default y a su salida de la Eurozona, ha generado una gran volatilidad en los mercados bursátiles, con vaivenes que explican en parte la desaceleración que se ha producido al final de 2015 y a principios de 2016.

En este contexto, la evolución de la economía en España y en Euskadi se puede considerar como favorable, tanto en términos objetivos como comparativos. El euro barato ha contribuido al crecimiento de las exportaciones industriales, y los bajos precios del crudo han reducido la factura de las importaciones. Estos factores han favorecido un crecimiento del PIB español, superior a la media de los principales países de la Unión Europea, así como un tímido avance en las cifras de empleo.

La economía vasca, por su parte, ha cerrado el ejercicio con los crecimientos más positivos registrados en los últimos ocho años, con un repunte del PIB del 2,8% y con una caída de la tasa de paro al 14,5 %.

En este entorno de avance de la economía doméstica, también en inversión y consumo, Kutxabank ha sido capaz de incrementar su resultado un 45,5%, hasta alcanzar un beneficio neto de 218,8 millones de euros. Además, y gracias a su buena situación de solvencia, ha podido repartir entre las fundaciones bancarias accionistas un dividendo del 50%, un total de 109,4 millones de euros. Todo ello mientras ha sido capaz de mantener su posición histórica de liderazgo en solvencia, refrendada en el ejercicio de transparencia llevado a cabo por la Autoridad Bancaria Europea.

Estas han sido las claves de un ejercicio que aporta al Banco confianza de cara al futuro. Un aspecto muy relevante de estos resultados es que la entidad ha sido capaz de mejorar la calidad de su cuenta. Es un hecho que la mayor parte del resultado se ha obtenido a través del negocio típico bancario, epígrafe en el que reside el valor real de un banco.

En un entorno de tipos de interés extremadamente complicado, Kutxabank ha sabido mantener el equilibrio necesario entre una inteligente dinámica comercial y una prudente política de riesgos.

De esta forma, el margen bancario recurrente ha crecido un 24%, gracias a la mayor aportación de las comisiones, con un incremento significativo del volumen gestionado en fondos y planes de pensiones y a la política de contención de costes y de mejora de las variables vinculadas a riesgos. A estas palancas de crecimiento se han unido una mejor evolución del mercado inmobiliario y una reactivación de la demanda solvente de crédito, junto a la aportación por puesta en valor de la cartera de participadas.

Junto al sólido modelo de negocio y de posicionamiento, estos buenos resultados también han sido posibles gracias a los avances organizativos, a la digitalización de los canales y a las mejoras operativas<./p>

Con todo ello, Kutxabank ha cumplido con los primeros objetivos marcados en su Plan de Desarrollo de Negocio (PDN), que se sustenta sobre cuatro pilares de actuación: crecimiento, rentabilidad y clientes; redimensionamiento de negocios non-core; transformación y eficiencia; y evolución del modelo de gestión.

Con una organización alineada con los objetivos del PDN, afrontamos un año muy exigente desde el punto de vista comercial, ya que la evolución de los tipos de interés supone para los márgenes una amenaza adicional. En este entorno de volatilidad nos hemos marcado unos objetivos ambiciosos pero realistas que se resumen en algo tan sencillo como mejorar nuestra rentabilidad.

Para ello trabajaremos con nuestras principales herramientas, que son el producto, el margen y el cliente. Tenemos un modelo de negocio que está bien definido, que cuenta con un buen posicionamiento, con el perfil de riesgo adecuado y con una buena posición de liquidez y solvencia.

A través del negocio recurrente trabajaremos para poner en valor el banco, con la vista puesta siempre en la rentabilidad, el germen de la solvencia futura.

Con unos objetivos muy marcados en los ámbitos corporativo, competitivo y funcional, contamos con un modelo de crecimiento en el que creemos, y con el que estamos plenamente comprometidos.

Gregorio Villalabeitia
Presidente de Kutxabank