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Información económico-financiera

Control de riesgos

La solvencia y la calidad media de su cartera de riesgos le han permitido superar holgadamente las nuevas pruebas de resistencia

El mantenimiento de un perfil de riesgo apropiado ha construido un elemento clave de la gestión del Grupo Kutxabank, ya que en último término ha sido la mejor garantía de la continuidad en el tiempo de su actividad y, por extensión, de su aportación a la sociedad a través de sus propietarios.

El grado de idoneidad de dicho perfil de riesgo viene marcado por el mantenimiento permanente de una relación equilibrada entre tres elementos: el nivel de exposición al riesgo asumido, la capacidad organizativa y técnica existente para su adecuado control y gestión, y el grado de recursos propios acreditado. Este último determina, en última instancia, la capacidad financiera del Grupo para absorber las pérdidas inesperadas que pudieran producirse como consecuencia de la materialización de alguno de los riesgos inherentes a las actividades que desarrolla.

De los tres elementos citados, dos son recogidos por el coeficiente de solvencia, ratio que refleja la relación entre los recursos propios y los riesgos asumidos, una vez ponderados en función de diversas características relevantes.

Precisamente, el 1 de enero de 2014 entró en vigor en la Unión Europea la nueva normativa sobre supervisión prudencial, que recoge las últimas directrices emanadas del Comité para la Supervisión Bancaria de Basilea (conocidas como Basilea III), y cuyas principales referencias son la Directiva 2013/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo (conocida como CRD IV) y, sobre todo, el Reglamento UE nº 575/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo (conocido como CRR).

En España, el citado cambio normativo ha sido complementado con diversas normas, entre las que destacan el RDL 14/2013 de medidas urgentes para la adaptación del derecho español a la normativa de la UE en materia de supervisión y solvencia de entidades financieras, la CBE 2/2014 sobre el ejercicio de diversas opciones regulatorias contenidas en CRR, y la Ley 10/2014 sobre solvencia y supervisión prudencial.

En materia de solvencia, el nuevo marco regulatorio ha supuesto una transformación muy relevante, al combinar un incremento de los niveles mínimos de solvencia requeridos (en especial para el capital de mejor calidad) con un endurecimiento de las reglas de computabilidad de los recursos propios.

Con el objeto de suavizar su impacto sobre las entidades y, por consiguiente, sobre el conjunto de la actividad económica, se ha diseñado un calendario de aplicación progresiva, que culmina en 2019 en la parte de los umbrales y en 2023 en la parte de las reglas de cómputo.

Pese a la mayor exigencia de las nuevas reglas de cómputo, el Grupo Kutxabank ha sido capaz de mantener la tendencia ascendente de sus principales indicadores de solvencia durante el ejercicio 2014, ha alcanzado una Ratio Core Tier I del 12,8% (frente al 12,0% a 31 de diciembre de 2013 calculado bajo Basilea II). Por su parte, la Ratio de Solvencia Total ha cerrado el ejercicio en el 13,1% (frente al 12,4% con que se cerró el ejercicio 2013).

Junto a las ratios de solvencia tradicionales, la nueva normativa establece un límite al apalancamiento global de las entidades financieras. Para ello utiliza la Ratio de Apalancamiento, que mide la proporción entre el capital de una entidad y el tamaño de su exposición total al riesgo. Durante la actual crisis, esta ratio ha demostrado tener un mayor valor predictivo que otros indicadores de solvencia habituales.

La Ratio de Apalancamiento, se ha situado en el 7,2% para el Grupo Kutxabank, claramente por encima de la media del sector financiero y a gran distancia del umbral mínimo que se requerirá en el futuro, que se prevé cercano al 3%.

Por último, durante el ejercicio 2014 también ha entrado en vigor la Directiva 2014/59/UE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre Reestructuración y Resolución de entidades de crédito y que establece las pautas a seguir en el caso de entidades financieras en problemas, así como los niveles mínimos de fondos (propios y ajenos) que las entidades deben tener preparados para que asuman en primer lugar los eventuales quebrantos que se pudieran producir. Esta nueva exigencia se mide a través de un nuevo indicador, la Ratio MREL, el cual se encuentra pendiente de desarrollo normativo.

El Grupo Kutxabank ha afrontado en los últimos ejercicios importantes mejoras en sus marcos de control de los diversos tipos de riesgo, tanto a nivel técnico como organizativo. Estas mejoras se han realizado en línea con la evolución metodológica de la industria financiera, así como con las directrices normativas que han ido entrando en vigor. A este aspecto, cabe destacar que en febrero de 2014 se ha producido la aprobación de una nueva edición del Manual de Políticas de Gestión del Riesgo, documento a través del cual el Consejo de Administración de Kutxabank S.A. establece formalmente las directrices generales del gobierno interno de la gestión del riesgo para todo el Grupo Kutxabank.

Pese a todo ello, la actual crisis económica y financiera está poniendo a prueba la adecuación de los diversos marcos de control implantados por las entidades, con un grado de severidad inesperadamente elevado. En este sentido, el Grupo Kutxabank no está siendo ajeno a las consecuencias derivadas de un escenario tan desfavorable como el que está teniendo lugar. Sin embargo, el comportamiento del Grupo de los principales indicadores de riesgo se compara favorablemente con la media del sector, lo que confirma un elevado grado de adecuación de los recursos humanos y técnicos destinados a su gestión. En un entorno doméstico e internacional en el que numerosas entidades financieras han quebrado o precisado de importantes inyecciones externas de capital, el Grupo ha mantenido sus resultados en el terreno positivo, si bien ciertamente más moderados que en la fase anterior del ciclo, y su nivel de solvencia se ha mantenido en niveles que superan con creces los requerimientos normativos vigentes.

La solvencia acreditada por el Grupo Kutxabank, unida a la calidad media de su cartera de riesgos, significativamente mejor que la de la media del sector, le ha permitido superar holgadamente las nuevas pruebas de resistencia llevadas a cabo por las autoridades supervisoras europeas en 2014 como paso previo a la entrada en funcionamiento del Mecanismo Único de Supervisión (MUS). El Grupo Kutxabank ha obtenido, entre todas las entidades estatales, el mayor Ratio Core Tier One bajo el escenario más adverso.